Levántate, anda, camina.

Anda y no mires atrás.

El camino, amigo, está lleno de problemas que tendrás que resolver.

Te caerás y te tendrás que levantar.

Te confundirás y tendrás que volver a a encontrar la senda.

Tendrás que preguntar a las personas que te encuentres y ellas te explicarán historias de sus vidas y de otras personas que como tú hicieron su propio camino. Ellas serán tus maestros, tus ángeles de la guarda, que te darán un sitio donde descansar cuando lo necesites.

Cuando mires atrás te vendrán los recuerdos de lo que ya dejaste atrás y nunca volverá.

Sentirás que cualquier momento fue mágico.

La nostalgia de lo que fuiste y aprendiste, recorrerá tu cuerpo.

A eso con el tiempo le llamarás experiencia.

No importarán los días que no podías dormir, sólo te acordarás de que aquello fue una oportunidad para poder ver las estrellas.

No importará que pasaras hambre. Recordarás con cariño el gesto de la persona que compartió contigo.

Recordarás la oportunidad que tuviste de compartir lo que tenías.

Entenderás que el verdadero poder es poder compartir lo poco que tienes y aun así poder seguir caminando.

La vida te ofrece cada día, cada momento, la oportunidad de poder experimentar esto. Pero para ti ha sido algo más que una prueba. Ha sido una forma de vida, que a partir de ahora no podrás dejar atrás.

En tu camino, te sentarás con orgullo, cansada, pero satisfecha y en un momento pensarás, si aquí también me acorde de ti.

Te vendrán dudas y lo peor de todo habrá quien intente confundirte.

La vida te pondrá a prueba y te hará espejo de todo aquello que necesitas y que temes.

Te llevará a un oasis cuando tengas sed, un oasis que te puede hacer perder tu objetivo.

Un oasis que te ofrecerá una visión de lo que deseas.

Un espejismo.

Si te entretienes más del tiempo necesario, puedes perder tu verdadero camino.

Por otro lado, los que te esperan pensarán que les has olvidado.

También encontrarás bandidos, personas que se intentarán hacer con tus riquezas. Poco a poco aprenderás a conocerlos, les verás venir. Serás capaz de distinguirlos por su sonrisa. Ahí verás sus verdaderas intenciones.

Con el tiempo el cansancio se hará más pesado y en un momento intentarás descansar. Cuando lleves varios días descansando te darás cuenta de que necesitarás levantarte y sólo así mirando tu verdadero objetivo se irá el cansancio y la frustración. Sólo la emoción de seguir lo que sientes y anhelas te alimentará y te dará fuerza.

Y en ese momento te darás cuenta de una cosa…..

Sólo tienes, tus valores y la esperanza.

¿Alguna vez has visto la lluvia?

Valentín Pablos Baranda.

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